Postre de origen francés, significa crema quemada. Se elabora con leche, nata, huevos o yemas, azúcar y vainilla, cocido al horno al baño maría. Cuando está fría se recubre la superficie con azúcar, y se quema hasta obtener un caramelo, el cual tiene que estar crujiente al partir la crema. Se sirve en recipientes individuales como el ramequin.
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