Leche fermentada, con textura parecida al yogur líquido, rica en bacterias y levaduras probióticas. El sabor puede variar entre suave, medio y fuerte dependiendo de la fermentación. Algunos pueden llegar a tener graduación alcohólica. Esta fermentación se consigue manteniendo gránulos o nódulos de kefir 24 horas sumergidos en leche. Se debe conservar refrigerado. Ayuda a reforzar nuestro sistema inmunológico, favorece la digestión o reduce el colesterol.
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