Lavar el bacalao debajo del grifo para quitar la capa de sal. En un recipiente adecuado ponerlo a remojo con agua. Refrigerar. Cambiar varias veces el agua durante dos o tres días, dependerá del grosor del mismo.
Una vez desalado cortarlo en brunoise o desmigar.
Pesar y medir los ingredientes.
Abrir los huevos.
Calentar la leche en una cazuela hasta que alcance el punto de ebullición. Añadir la harina de golpe, remover con una espátula, estará lista cuando se desprenda de las paredes de la cazuela. Retirar del fuego y dejar que se enfríe unos minutos. Incorporar los huevos uno a uno, trabajando la masa con la espátula hasta que se hayan integrado bien. Refinar con la mantequilla.
Por último, mezclar el bacalao y la levadura. Si es necesario poner a punto de sal.
Colocar la masa en un recipiente adecuado y tapar a piel. Una vez fría refrigerar mínimo 24 horas.
Pasado el tiempo de reposo sacar la masa del frigorífico y con las manos untadas en un poco de AOVE formar pequeñas bolitas.
Freír en abundante AOVE caliente, en tandas pequeñas, hasta que estén doradas. Sacar sobre papel absorbente.
Servir calientes. Nosotras las hemos acompañado de puré de zanahorias y puré de guisantes y decorado con brotes de mostaza y crujiente de salsifí.
Instrucciones
Lavar el bacalao debajo del grifo para quitar la capa de sal. En un recipiente adecuado ponerlo a remojo con agua. Refrigerar. Cambiar varias veces el agua durante dos o tres días, dependerá del grosor del mismo.
Una vez desalado cortarlo en brunoise o desmigar.
Pesar y medir los ingredientes.
Abrir los huevos.
Calentar la leche en una cazuela hasta que alcance el punto de ebullición. Añadir la harina de golpe, remover con una espátula, estará lista cuando se desprenda de las paredes de la cazuela. Retirar del fuego y dejar que se enfríe unos minutos. Incorporar los huevos uno a uno, trabajando la masa con la espátula hasta que se hayan integrado bien. Refinar con la mantequilla.
Por último, mezclar el bacalao y la levadura. Si es necesario poner a punto de sal.
Colocar la masa en un recipiente adecuado y tapar a piel. Una vez fría refrigerar mínimo 24 horas.
Pasado el tiempo de reposo sacar la masa del frigorífico y con las manos untadas en un poco de AOVE formar pequeñas bolitas.
Freír en abundante AOVE caliente, en tandas pequeñas, hasta que estén doradas. Sacar sobre papel absorbente.
Servir calientes. Nosotras las hemos acompañado de puré de zanahorias y puré de guisantes y decorado con brotes de mostaza y crujiente de salsifí.
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