Limpiar el lomo de conejo de grasa y fibras. Cortar en medallones de medio centímetro. Espalmar.
Hacer un majado con el diente de ajo, el perejil y una pizca de sal.
Adobar los medallones de conejo con el majado, un chorrito de AOVE y un poco de sal si fuera necesario. Dejar reposar refrigerado mínimo una hora.
Pasar los medallones de conejo por harina, huevo y pan rallado.
Calentar abundante AOVE en una sartén y freir los medallones empanados hasta que estén dorados por los dos lados. Escurrir sobre papel absorbente.
Servir caliente.
Guarnición, ensalada de brotes tiernos.
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