Pesar y medir los ingredientes.
Refrigerar la manteca.
Dividir la harina en dos partes.
Mezclar una de las partes de harina con la levadura en polvo y tamizar.
Mezclar en un bol con una cuchara de madera o en un procesador de alimentos con una pala, la manteca fría, el vino de pitarra, la sal y la mitad de la harina.
Añadir el resto de harina con la levadura y trabajar el compuesto hasta obtener una masa homogénea.
Refrigerar mínimo una hora.
Extender la masa con un centímetro de altura. Cortar con un cortapastas circular de bordes rizados. Refrigerar de nuevo los mantecados una vez cortados una o dos horas.
Precalentar el horno a 220º y hornear hasta que los bordes se vean dorados.
Dejar enfriar y espolvorear abundante azúcar glas sobre los mantecados. Puedes hacerlo con una lustrera o un colador de malla fina.
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